Esta es la razón definitiva para dejar de beber alcohol lo antes posible
El consumo de riesgo de alcohol se relaciona con un aumento de la circunferencia de cintura, o barriga, que llega hasta los cuatro centímetros.
6 abril, 2020 01:57Noticias relacionadas
Los falsos mitos sobre el alcohol han ido cayendo en fecha reciente: la 'copita' diaria ha pasado de ser considerada "saludable" a identificarse como un severo riesgo para la salud cardiovascular y la posibilidad de desarrollar cáncer. Pero para aquellos que se resisten a cambiar de hábitos porque "de algo hay que morirse", quizás el enfoque estético sea lo que les termine de convencer: las copas de hoy tienen una directa relación con la barriga de mañana, incluso aunque dejemos de beber por el camino.
Así lo afirma un estudio publicado en la revista Addiction sobre los efectos acumulados del alcoholismo en varios factores de salud a lo largo de la vida. Los investigadores usaron datos de la cohorte Whitehall II, con datos proporcionados por funcionarios británicos que tenían entre 34 y 56 años en los años 80. Para la revisión, se seleccionaron 4.820 participantes que para entonces tenían entre 59 y 83 años, de los cuales un 75% eran varones.
Así, aquellos bebedores continuados sufrían más problemas de salud relacionados con la hipertensión, el deterioro de la función del hígado, un mayor riesgo de infarto, una mayor circunferencia de cintura y un mayor índice de masa corporal (IMC) que los demás. Estos dos últimos factores, más allá de la imagen, son indicadores de un mayor riesgo cardiovascular y de enfermedades metabólicas. Y, aunque cualquier reducción del consumo de alcohol es beneficioso, los efectos sobre la grasa corporal se apreciaban incluso si el individuo había dejado de beber antes de los 50.
"El abuso del alcohol, pese a la percepción habitual de que es un asunto de jóvenes y de fines de semana, es un problema común entre los mayores", explica la Dra. Linda Ng Fat del UCL Institute of Epidemiology & Health Care, que recuerda que la mayoría de hospitalizaciones en Inglaterra por este motivo son de personas de más de 50 años. "Los estudios previos se han enfocado en situaciones puntuales, lo que puede enmascarar los efectos acumulativos del alcoholismo".
¿A quién se considera alcohólico? Para determinarlo, se empleó el test AUDIT-C (Alcohol Use Disorders Identification Test for Consumption), una prueba basada en tres preguntas sobre con qué frecuencia se consume alcohol, en qué cantidad, y si se practica binge drinking, es decir, tomar más de seis copas de una sola vez. Una persona que beba tres o cuatro copas en sesiones de tres a cuatro veces a la semana sería identificada como 'de riesgo' por el AUDIT-C.
Los participantes completaron el test por cada una de las décadas de su vida, lo que permitió a los investigadores establecer cinco categorías: aquellos que nunca realizaron un consumo de alcohol de riesgo, los bebedores de riesgo rehabilitados tempranos (que dejaron el hábito antes de los 50), los bebedores de riesgo rehabilitados tardíos (lo dejaron a partir de los 50), bebedores de riesgo en la tercera edad y bebedores de riesgo consistentes, es decir, personas que han presentado alcoholismo en todas las etapas de la vida.
Más de la mitad (56%) de los bebedores habían demostrado ser de riesgo en algún momento de su vida, pero solo un 21% lo seguía siendo en la tercera edad y únicamente un 5% lo era de forma consistente. En el 80% de estos dos últimos casos, se trataba de hombres con buena posición socioeconómica. Junto con los rehabilitados tardíos, sufrían una mayor presión sanguínea sistólica y peores marcadores relacionados con las enfermedades hepáticas.
Aquellos que mantenían hábitos de consumo de alcohol de riesgo tenían hasta tres veces más posibilidades de sufrir un infarto, y aquellos que lo habían dejado después de cumplir los 50 sufrían el doble de riesgo de morir de forma prematura por enfermedades no cardiovasculares en comparación con quienes siempre habían bebido con moderación. Además, los bebedores más contumaces tenían una mayor circunferencia de cintura, en una directa proporción del tamaño de la barriga con los años de alcoholismo.
Así, los que habían abandonado el consumo de riesgo en su juventud tenían de media 1,17 cms más de tripa que los que siempre bebieron moderadamente. Los que lo dejaron de mayores, de 1,88 cms; los que todavía bebían demasiado, de 2,44 cms; y los que siempre fueron alcohólicos, de 3,85 cms. "Esto sugiere que, cuanto más tiempo beba de más un adulto, mayor será su circunferencia de cintura a medida que envejezcan", concluye la Dra. Ng Fat. "Por este motivo, y por todos los demás beneficios saludables, es recomendable dejar de beber lo antes posible".