España no es Sudáfrica: por qué los contagios de la sexta ola bajan tan lentamente
Pese a que Sanidad apunta que hemos llegado al pico de contagios, desde el 29 de diciembre sólo ha habido un día por debajo de los 100.000 casos.
29 enero, 2022 06:50Noticias relacionadas
El pasado 29 de diciembre, España superó por primera vez los 100.000 casos diarios de infección por coronavirus SARS-CoV-2. En un mes solo ha habido un día en que no se ha alcanzado ese umbral. Ayer se notificaron 118.922 y, por mucho que la incidencia lleva bajando dos semanas, no parece que el ritmo de contagios disminuya.
A estas alturas, lo que muchos creyeron ver en Sudáfrica como la marca de la casa de ómicron, una variante tan contagiosa que llegaba a su pico de manera tan rápida que las infecciones bajaban a la misma velocidad vertiginosa poco después, ha sido un escenario mucho más ambiguo: las promesas de 'endemismo' y 'gripalización', dos conceptos especialmente malinterpretados en este arranque de 2022, están chocándose contra un muro de contagios que no parece descender y que, por tanto, obliga a mantener alerta al sistema sanitario a pesar de que hospitalizaciones y UCI hayan comenzado su descenso.
El rápido descenso de los casos en Sudáfrica tuvo diversas interpretaciones: que había una mayoría de personas que ya habían pasado la Covid sin ser diagnosticados, que la pirámide poblacional es mucho más ancha en las edades más jóvenes, aquellas que la pasan sin síntomas con mayor frecuencia, que al ser verano la gente no se recluía en sitios cerrados y, por tanto, la oportunidad del virus de expandirse quedaba cortada…
La realidad es que el pico de contagios de la sexta ola es más bien una meseta. Tras la escalada de récords diarios que se sucedieron poco antes de las navidades, los contagios se han mantenido desde hace un mes en la zona por encima de los 100.000, alcanzando un pico el pasado 12 de enero, con 179.125 casos.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, da por sentado que el pico de la sexta ola está superado. "Todos los datos apuntan a que hemos doblegado la curva", ha señalado este viernes durante su visita al Hospital Son Llàtzer, en Palma de Mallorca, aunque ha pedido mantener la prudencia.
Es probable que haya habido un pico real que el cuello de botella causado por la imposibilidad de la atención primaria de atender la avalancha de personas que se han acercado a los centros de salud este invierno haya ocultado.
Positividad de los tests
Esto se comprueba al ver la cantidad de tests que dan positivo respecto al total de pruebas realizadas. Se entiende que se está captando la inmensa mayoría de casos cuando la positividad está por debajo del 10%. Este indicador lleva 15 días cercano al 40% y no hizo más que crecer durante diciembre, lo que da idea de la cantidad de casos positivos que pueden haberse escapado del radar de vigilancia epidemiológica... de que todavía tendremos que esperar para ver una curva clara de bajada en esta sexta ola.
"En este momento hay mucho ruido", comenta Salvador Peiró, investigador en salud pública de Fisabio. Se producen retrasos en la notificación, "con lo que la incidencia acumulada a 7 días baja artificialmente porque no se han contado los casos de los últimos días"; actualizaciones de pruebas de antígenos, "con lo que hay días que nos dan un susto", etc.
Por todo ello, el especialista considera que "es difícil ver qué pasa día a día, hasta que pasados unos cuantos días no se normalizan los casos". Por ello que hay "una exagerada (y falsa) caída [de casos] a partir del 30 de diciembre, cuando dejamos de hacer pruebas a contactos, y una montaña rusa de subidas y bajadas con el baile de datos, pero con tendencia claramente a la baja".
Un panorama semejante está viviendo otro de los países más afectados por ómicron y que menos medidas ha tomado para evitar la propagación de contagios: Reino Unido. Los británicos alcanzaron el cénit de contagios de ómicron en los primeros días de enero, se mantuvo en una meseta durante una semana y luego los casos comenzaron a bajar, pero han acabado manteniéndose en una meseta, por encima de los 1.300 casos por millón de habitantes, una cifra que dobla la de las semanas previas a la explosión de ómicron.
Más parecida a la evolución de Sudáfrica ha sido la de Irlanda. La isla alcanzó su pico el 9 de enero para bajar inmediatamente, pasando de 5.000 casos diarios por millón de habitantes a 1.000 en poco más de 15 días.
Otros países, en cambio, parecen no llegar nunca al ansiado pico. Dinamarca sigue marcando récords de contagios diarios (7.600 por millón). A pesar de ello y de que las hospitalizaciones no han dejado de subir, han anunciado el levantamiento de todas las restricciones.
Francia está en la misma situación, aunque en los últimos días parece haber llegado a una ralentización. Suecia, que se sumó más tarde a la orgía de casos de ómicron, lleva todo el mes creciendo sin parar en contagios. Alemania, Países Bajos y Bélgica parecen haber sido de los últimos países en sumarse a la espiral ascendente de la nueva variante.
Todo parece indicar que la ola de ómicron, salvo casos puntuales como el irlandés, no será domada con facilidad. Las estrategias para asumir y afrontar su impacto siguen sin estar claras.