
La ministra de Sanidad, Mónica García, en la rueda de prensa posterior al Consejo Interterritorial. Efe
De la psicoterapia al número de plazas: las críticas de psicólogos y psiquiatras al nuevo Plan de Salud Mental de Sanidad
El plan no aclara si quiere crear una 'superespecialización' para ofrecer psicoterapia en el sistema nacional de salud o abrirla a otros profesionales.
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Aunque la mayoría de entidades que han participado en la elaboración del Plan de Salud Mental han apoyado su aprobación, psicólogos y psiquiatras ven cabos sueltos que pueden ser solucionados tras el 'no' que le dieron las comunidades gobernadas por el PP el pasado viernes en un Consejo Interterritorial extraordinario.
La única sociedad científica que se ha opuesto frontalmente ha sido la que reúne a los psiquiatras. La Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) se desligaba del texto que iba a votarse por considerar que no abordaba de forma adecuada el problema de los recursos humanos y "estigmatiza" a los pacientes tratados con psicofármacos.
Sin embargo, hay otros puntos que están poco definidos. Los profesionales de la salud mental temen que, aunque se concreten y el plan acabe aprobándose, todo quede en agua de borrajas y no solucione la precariedad de la atención psicológica y psiquiátrica en el sistema público de salud.
"Yo he estado otras veces en la elaboración del plan pero esta vez no he querido", cuenta a EL ESPAÑOL Antonio Cano, catedrático de Psicología en la Universidad Complutense y uno de los mayores expertos españoles sobre la ansiedad.
"Va a ser otro documento más al que no se le va a hacer ni caso. Está bien participar para mejorar la estrategia pero, por otro lado, dices: ¿para qué voy a perder mi tiempo si, no es que no paguen, sino que ni siquiera te lo agradecen?"
Cano explica que "llevamos ya unos 10 años en que la estrategia nacional de salud mental se rechaza por las comunidades gobernadas por la oposición. Los argumentos que se dan son diferentes, dependiendo del momento".
Las comunidades del PP recogieron las críticas de la SEPSM para negar el visto bueno al plan. Los psiquiatras alegaban que no se puede establecer un porcentaje mínimo de plazas de formación de especialistas ofertadas (psiquiatras de adultos, psiquiatras infanto-juveniles y psicólogos clínicos) que sea un 10% inferior a las que se anuncian actualmente.
Es decir: cada comunidad tiene una capacidad de absorber especialistas en formación determinadas, pero las plazas que finalmente oferta pueden estar por debajo de esa capacidad. El plan establece una oferta mínima del 90% de la capacidad, pero las comunidades actualmente acercan al 100%.
"Debe promoverse una financiación del 100% de las plazas acreditadas de psiquiatras y psicólogos en formación", sostiene Marina Díaz Marsá, presidenta de la SEPSM. Va más allá: "Lo deseable sería que habláramos del número de psiquiatras por 100.000 habitantes, es el estándar que debería figurar en el plan".
Nuestro país tiene unos nueve psiquiatras por 100.000 habitantes, cuando la media europea es de 19. En el caso de los psicólogos clínicos, son 6 frente a 18 en la Unión Europea. Las 330 plazas de Psiquiatría y las 224 de Psicología Clínica acreditadas para la convocatoria del MIR (y el PIR, en el caso de los psicólogos) de este año no parecen suficientes para cubrir el hueco.
¿Deprescripción o uso racional?
La otra reivindicación de los psiquiatras es la sustitución de la palabra "deprescripción" de medicamentos por el concepto "uso racional". España es uno de los países con mayor consumo de psicofármacos pero "no podemos estigmatizar a las personas que los toman", señala Díaz Marsá.
La psiquiatra cuenta que este lunes ha recibido una llamada de la Comisionada de Salud Mental en el Ministerio de Sanidad, Belén González, "queriendo conciliar y que salga un plan de salud mental bueno para todos", por lo que se muestra optimista de cara a la nueva versión que presentará el departamento de Mónica García para su aprobación.
Hay un punto más espinoso en el plan. En un primer momento, aludía a la regulación de la psicoterapia mediante la creación de un área de capacitación específica. Se trataría de un diploma de superespecialización al que solo pueden acceder aquellos titulados como especialistas por el Sistema Nacional de Salud.
Es decir, solo se acreditarían en psicoterapia los psiquiatras y los psicólogos clínicos, dejando fuera a los psicólogos que han realizado el máster de Psicología General Sanitaria, que son una mayoría.
Esto "se contradice con las palabras del Secretario de Estado de Sanidad en las que decía que era una medida para resolver los problemas de recursos humanos del sistema", advierte Fernando Chacón, vocal adjunto a la presidencia del Consejo General de la Psicología, que integra a todos los colegios de psicólogos de España.
En la redacción última del borrador, en cambio, se habla de "promover espacios para el inicio de regulación de la capacitación en psicoterapia", lo cual "deja abierta la posibilidad de negociación" para Chacón, pero se trata de una redacción tan vaga que puede dar la idea de lo contrario: abrir la capacidad de dar psicoterapia a cualquier profesional.
De hecho, la Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología, que ha integrado el comité técnico de la estrategia, ha enviado una carta a la ministra advirtiendo que "no es necesario una especialización en psicoterapia porque, en el SNS, ya hay un grupo profesional que ejerce esa competencia", es decir, los psicólogos clínicos.
Más tarde, han explicado en la red social X que Belén González les llamó "para aclarar cuestiones del contenido de nuestra carta" y reiteran "nuestro apoyo al Plan de Acción y nuestra confianza en el Comisionado para seguir trabajando juntos".
En la elaboración del plan han participado más de medio centenar de sociedades científicas, quedando fuera los colegios profesionales. Los que agrupan a psicólogos y médicos enviaron una carta a Mónica García hace unos meses para quejarse sobre esta superespecialización en psicoterapia, pero la indefinición del redactado actual tampoco convence a Chacón.
"Creo que el Ministerio quería una área de capacitación, por eso aparecía así en un primer momento. Pero regular la psicoterapia es muy complejo y las sociedades científicas aportan mucho pero la ordenación de la profesión corresponde a los colegios".
Pese a estos puntos de fricción, la mayoría de implicados en el plan lo apoya y defiende en su redactado actual. Con todo, esto no revierte el pesimismo del catedrático de Psicología Antonio Cano, que apunta que, a pesar de las "horas de reuniones para seguir unas directrices y seguir una estrategia nueva", es probable que siga rechazándose y, si se aprueba, "no tiene ninguna dotación económica, todo es una especie de brindis al sol".
No obstante, deja abierta una rendija a la esperanza. "Mucha voluntad política para cambiar la situación no hay pero, pese a los fracasos, algo se va avanzando. Ya hay nueve comunidades que han incorporado a un psicólogo en la atención primaria. De forma muy lenta, pero avanzamos".