
Un sanitario coge las manos de una persona anciana.
La imparable escalada de los cuidados paliativos en el mundo: los pacientes han aumentado un 74% en 30 años
El cáncer y el VIH lideran el ránking de las enfermedades que provocan más pacientes con necesidad de estos servicios.
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Los cuidados paliativos son algo crucial en la vida de muchas personas. No solo se trata de darle morfina a un paciente, sino de la "prevención y el alivio del sufrimiento mediante la identificación temprana, evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicosociales y espirituales". Así lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este aspecto es cada vez más importante dentro de los sistemas de salud porque la cantidad de enfermos que los necesitan no para de aumentar. Según un estudio, en las últimas tres décadas, la cifra ha aumentado un 74% en todo el mundo.
El trabajo, basado en datos del Global Burden of Diseases (GBD) 2021, ha observado que entre 1990 y 2021 las personas que necesitaron cuidados paliativos pasaron de 42,2 millones a 73,5 millones. Los autores encontraron que el crecimiento de la población representa solo la mitad de este aumento. El resto se debe a un incremento de las enfermedades y afecciones que requieren de estos servicios.
Elia Martínez, presidenta de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), explica que esto se debe al aumento de la esperanza de vida y al envejecimiento de la población que se ha visto en el planeta en las últimas décadas. Este proceso ha provocado un incremento de la prevalencia de enfermedades crónicas que acarrean "gran complejidad de síntomas que merman la calidad de vida de los pacientes y generan una enorme carga de sufrimiento".
Estas afecciones son, fundamentalmente, las demencias, el cáncer y las enfermedades por fallo de órgano, cuenta Martínez, que también es oncóloga médica en el Hospital Universitario de Fuenlabrada. De hecho, las neoplasias representan el 25% de las personas que necesitan cuidados paliativos, informa el estudio publicado este miércoles en The Lancet Public Health.
Si se hace un ranking por patologías, el cáncer hizo que 16,6 millones de personas necesitaran este tipo de servicios en 2021. Le siguen de cerca el VIH y el Sida con casi 14 millones de pacientes.
Por detrás están las enfermedades cerebrovasculares (8,9 millones) y la demencia y afecciones neurodegenerativas (8,8 millones). La lista la cierran los trastornos endocrinos, metabólicos, sanguíneos e inmunitarios, que dejaron con esta condición a 6,2 millones de personas.
Las demencias con necesidad de cuidados paliativos han aumentado un 175% en los últimos treinta años, según la investigación. Estas dolencias y el cáncer no paran de crecer porque su mayor factor de riesgo es el envejecimiento. Gracias a la ciencia, la sociedad es cada vez más longeva y "a mayores tasas de ancianos, más prevalencia de dichas enfermedades".
La oncóloga resalta que, sin embargo, las sociedades no están preparadas para este aumento. En las últimas décadas, los avances de la medicina y la tecnología han hecho posible la cronificación del cáncer y las enfermedades por fallo de órgano (renal, pulmonar, cardiaca…). No obstante, en ese proceso, no se ha tenido en cuenta la carga sintomática del paciente crónico y "no se ha llevado a cabo un desarrollo paralelo de los cuidados paliativos", lamenta.
El factor social es determinante
No se puede hablar de cuidados paliativos sin abordar la cuestión socioeconómica. Los resultados de esta investigación muestra que, aunque la tendencia ascendente se da en todo el mundo, es mayor en los países de ingresos bajos. En estos territorios la necesidad ha crecido un 83%, en comparación con el 46% de los países de ingresos altos. En 2021, las naciones con menos recursos representaron el 80% del total de las personas con afecciones que requieren estos servicios.
Esto no es algo nuevo, según la presidenta de la SECPAL, que expone que el acceso a los cuidados paliativos puede variar, incluso, dependiendo "del código postal dentro de un mismo país". Algunas necesidades, como la atención social, "lógicamente pueden ser cubiertas cuando los ingresos de una familia son más altos si el Estado no está en disposición de garantizarlo".
El abordaje de estos servicios es, todavía, escaso en todo el mundo, lamentan los autores en el trabajo. Esto no excluye a España, donde la situación es "deficiente", agrega Martínez. La oncóloga denuncia carencias manifiestas respecto a recursos asistenciales, la formación en pregrado del estudiantado de las titulaciones de Ciencias de la Salud y la acreditación de los profesionales.
La oncóloga cuenta también que existen carencias en el conocimiento que tiene la ciudadanía sobre los cuidados paliativos. Frecuentemente, agrega, están asociados a final de vida de forma exclusiva. Esto genera una tendencia a su estigmatización "en una sociedad que vive la muerte como un fracaso".
Este hecho impide que se implementen este tipo de servicios cuando realmente pueden ser totalmente útiles para mejorar el bienestar de los pacientes y sus familias, que es en las fases precoces de las enfermedades crónicas.
Martínez expone que para mejorar la situación es indispensable invertir en recursos que permitan asegurar estos servicios. En el caso de España, esto supone crear estructuras estables dentro de Atención Primaria y Atención Hospitalaria que sean homogéneas y universales en las distintas CCAA, añade. "Sin embargo, no tiene cabida alguna en condiciones de sobrecarga asistencial, que, desgraciadamente, es habitual en los centros de salud".