Benzema celebra con sus compañeros el gol en Lisboa.

Benzema celebra con sus compañeros el gol en Lisboa. REUTERS

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Benzema salva al Real Madrid del ridículo de Coentrao

El equipo de Zidane gana al Sporting (1-2) en un gris partido que decidió el delantero francés con un gol en el tramo final. Los lisboetas empataron gracias a un esperpéntico penalti del lateral portugués.

22 noviembre, 2016 23:17

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El Madrid está en octavos de Champions. Esta frase de siete palabras apenas indica nada noticioso, ya que se esperaba desde que empieza la competición. La novedad es como lo consiguió: sufriendo en Lisboa (no en exceso), al tran trán y mostrando su cara B, esa que nada tiene que ver con lo que hizo en el Calderón el pasado sábado. Pero ganó, salvó el susto, no sin protagonistas por el camino, algunos por marcar, otros por dejar una esperpéntica imagen. [Narración y estadísticas: Sporting de Lisboa 1-2 Real Madrid]

El partido es poco analizable porque el Madrid jugó al ralentí, casi andando por momentos, no se sabe muy bien si por el cansancio acumulado o por la idea de que con lo mínimo podían ganar. La verdad es que si la segunda de las opciones era la idea inicial del Madrid, aunque parezca prepotente, le valió. Porque el encuentro acabó 1-2, resultado que deja con opciones a los blancos (en Lisboa de morado) de ser primero de grupo, algo que tendrá que conseguir ganando (y solo ganando, no le vale el empate) ante el Borussia Dortmund el próximo 7 de diciembre en el Bernabéu.

Se podría decir que el partido sirvió para sacar a relucir a los jugadores de doble fila en el Real Madrid. Para bien y para mal. En lo positivo, Varane. En lo regular, Kovacic. En lo negativo, Coentrao. Ay Coentrao, eso se lo contaremos después. Lean primero que el central francés marcó como si de un killer se tratara, situado en el punto de penalti después de un lanzamiento de falta que se quedó en barullo en el área portugués. Encontró un balón que se lo brindó Cristiano y puso el 0-1. El croata, por su parte, no marcó, pero otra vez volvió a hacer ese trabajo invisible que sostiene a un equipo. Lástima que después exagerara una agresión de Joao Pereira y provocara la roja del lateral portugués, cuando la amarilla parecía hasta exagerada. Pero que ni esa acción esconda su trabajo.

El doble partido ante el Real Madrid debe servirle al Sporting para saber donde tiene sus problemas. Y ese fue el beneficio de los españoles, tanto en la ida como en la vuelta. El equipo portugués carece de referencia en el ataque y se dedica a centrar y centrar sin tener un delantero que remate tanto centro. Fue la jugada que más se repitió en el partido. Martins corriendo la banda, llegando a línea de fondo y desde ahí brindando un pase que el 9 debe meter. Pero el Sporting no lo tiene. Por eso ganó el Madrid, porque si lo hubiera tenido su rival se hubiera llevado un saco de Lisboa.

Con el partido con el mismo guión, pasando los minutos con jugadas idénticas y con el Madrid serio en defensa, Zidane quiso dar descanso a Marcelo (que había tenido un susto en el primer minuto de la segunda parte) y sacó a Coentrao. Y ahí empezó el esperpento. A los diez minutos de entrar, el lateral portugués cometió uno de los penaltis más tontos y a la vez más clamorosos que se puedan recordar en el fútbol reciente. En su área, pidió una mano de Campbell y mientras la pedía, el jugador del Sporting dio un pase que golpeó, claro, en la mano de Coentrao, que la tenía levantada al pedir mano de su rival. La situación fue ridícula. Pero era penalti. Cuando menos se esperaba, el Sporting marcaba el empate y dejaba al Madrid en la segunda plaza matemáticamente, sin opciones de ser eliminado pero también sin posibilidad de ser primero.

El grave error en el penalti de coentrao Sporting Portugal/ Coentrao penalty fail hand touch

Tras ello, el Sporting se creyó que era hasta posible ganar a un Madrid noqueado por sus propios errores. Pero sí, lo adivinan, volvió a caer en el error de jugar por bandas cuando no tienes delantero. Así le fue, que tampoco marcó. Y el Madrid, a la mínima, no perdonó. Estaba Sergio Ramos en el centro del campo y vio a Benzema entrando al área. Ramos, que había estado regular en su regreso, asistió por alto al francés y este cabeceó de forma perfecta. Pilló a Rui Patricio descolocado y puso el 1-2 que salva la imagen y la clasificación, pero que tampoco puede ser analizado ni tácticamente ni como nada. 

Y así acabó. Con el Madrid salvando la cara, ganando en Lisboa y nada más. Con Benzema salvador y Coentrao llevando a su máxima expresión el ridículo futbolístico. Pero ganó el Madrid. Como casi siempre. Sigue sin perder, ya está en octavos de Champions y se jugará ante el Dortmund la primera plaza. Y eso que, a día de hoy, parece ser mejor segundo que primero de grupo.