
Hoja de una planta amarilla. IStock.
Adiós al color amarillo en tus plantas: el sencillo y efectivo truco casero para que sus hojas vuelvan a ser verdes
Un fenómeno conocido como clorosis que puede originarse por diversas causas y que puede exponer a la planta a un mayor riesgo de enfermedades.
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Uno de los síntomas de debilidad o enfermedad más común en las plantas es que sus hojas se vuelvan amarillas, ya sea en parte o en su totalidad. Este fenómeno, aunque resulte lejano, es una realidad más popular de lo que pensamos y, de hecho, ocurre con relativa frecuencia, tanto en tipos de interior como de exterior.
Para entender este cambio de color en las hojas, es importante comprender que cuando las hojas de las plantas adquieren tonalidades amarillas, esto no deja de ser una señal de que están perdiendo su clorofila, una biomolécula esencial para llevar a cabo la fotosíntesis y la sustancia que les da el color verde.
Cuando la producción de esta clorofila disminuye por diversas razones, las partes verdes de la planta como las hojas y tallos experimentan un cambio de color con tendencia hacia el amarillo. Y aunque parezca una circunstancia imposible de remediar, la realidad es que puede tan sencillo como utilizar agua y vinagre blanco.
Las causas más comunes del amarillo de las plantas
Como ya hemos comentado, la clorofila es una biomolécula esencial para las plantas. Es responsable del color verde característico de las hojas y es fundamental para el proceso de fotosíntesis, el cual permite a las plantas convertir la luz solar en energía química.
Para poder producir clorofila, las plantas necesitan tener acceso a hierro como nutriente. Cuando este es insuficiente, la planta empieza a amarillear por su incapacidad de mantener la producción de clorofila, que es lo que les da el color verde a las hojas. Este proceso es lo que se conoce como clorosis o clorosis férrica.
La clorosis es un fenómeno que puede originarse por diversas causas y que a menudo expone a la planta a un mayor riesgo de enfermedades, hongos y plagas. Además, hay algunos factores que pueden influir en ello:
- Ciclo natural de la planta: El cambio de color en las hojas de las plantas, pasando al tono amarillo no siempre indica una emergencia, sino que puede formar parte del ciclo natural de algunas especies. Es crucial comprender este ciclo, ya que algunas experimentan la pérdida de hojas durante el verano u otoño de manera natural.
- Riego inadecuado: El riego inadecuado es una de las razones más frecuentes detrás de las hojas amarillas, especialmente cuando se manifiesta en las puntas. Cada planta tiene necesidades hídricas específicas y esto es algo que puede acabar propiciando esas hojas amarillas debido tanto al exceso como a la falta de riego.
- Mal drenaje: El drenaje insuficiente del agua también puede contribuir al amarilleo de las hojas, no necesariamente por la cantidad de agua suministrada, sino por un drenaje ineficiente que lleve al estancamiento y a que las raíces se pudran. En estos casos cambiar la maceta o sustrato es la mejor opción.

Hoja de una planta amarilla.
- Mala ubicación y orientación: La ubicación inadecuada y la iluminación insuficiente son factores que pueden provocar el amarilleo gradual de las hojas, indicando que la planta no está en el entorno óptimo.
- Tipo de suelo: El tipo de suelo inapropiado en términos de pH puede también contribuir al amarilleo de las hojas. Asegurarse de que el suelo se ajuste a las necesidades de la planta, ya sea alcalino o ácido, es esencial.
- Falta de nutrientes: La falta de nutrientes en el sustrato es otra causa probable de las hojas amarillas, ya que un sustrato bien nutrido es esencial para mantener la salud y el color verde característico de las plantas.
- Plagas o enfermedades: Finalmente, las plagas y enfermedades no deben descartarse como posibles desencadenantes del deterioro de las hojas y su coloración amarilla. Por lo que identificar y enfrentar este tipo de problema también es crucial para mantener la salud general de la planta.
El truco para eliminar el color amarillo
Si cualquiera de estos problemas te resulta familiar y quieres eliminar el color amarillo de las hojas de tus plantas para devolverles ese color verde intenso y saludable que tenían al principio, entonces lo mejor es que tomes nota de un sencillo truco casero que podrá poner solución a este problema tan común.
Un sencillo truco fácil y rápido con el que podrás revertir ese deterioro en las hojas de tus plantas y para el que solo necesitarás dos imprescindibles: agua y vinagre blanco.
Para poner este truco en práctica, simplemente prepara esta solución combinando 200 ml de agua con un pequeño chorrito de vinagre blanco. El ácido del vinagre, no solo es excelente para desinfectar y esterilizar, sino que también ayudará a prevenir plagas y la compactación del suelo.
Si además quieres enriquecer la mezcla con un extra de nutrientes, añade unas cucharaditas de azúcar blanco. Este le aportará oligoelementos beneficiosos a la planta.
Una vez mezclados los ingredientes, vierte la solución en un pulverizador y rocía las hojas y las raíces de tus plantas cada dos días. Después de que hayan pasado aproximadamente 20 días, comenzarás a notar mejoras evidentes en la salud y vitalidad de tus plantas.