Gálvez o Sheinbaum: México podría tener a una mujer como presidenta por 1º vez en su historia
El país latinoamericano podría tener un Gobierno liderado por una mujer después de que los sondeos señalen como preferidas a las precandidatas presidenciales de los principales partidos de izquierda y de derecha.
5 septiembre, 2023 02:52De las encuestas realizadas en los últimos meses se destila que 2024 puede ser el año en el que por primera vez en la historia de México sea una mujer quien ocupe la presidencia del Gobierno. Los partidos políticos más influyentes ya están comenzando a definir a sus candidatos presidenciales para las elecciones de junio y surge una coyuntura inusual: tanto en las filas de la izquierda como de la derecha, las precandidatas presidenciales son las favoritas. Por un lado, Claudia Sheinbaum se postula por el liderazgo en Morena y, por otro, Xóchitl Gálvez ya dirige en el Frente Amplio.
La presencia de mujeres en roles de liderazgo político continúa siendo una excepción en la mayoría de los países del mundo. En el caso de que la sociedad mexicana elija a una mujer como máxima representante de la nación, estaríamos ante la posible encarnación de un cambio profundo en el panorama político de América Latina. La potencial presidenta se uniría a las actuales mandatarias de Honduras, Xiomara Castro, y a la del Perú, Dina Boluarte. Esta última asumió el cargo en diciembre de 2022 por sucesión presidencial después de la destitución de Pedro Castillo.
Los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena, el actual partido político en el Gobierno de México, cerraban su campaña de setenta días hace justamente una semana. De las cinco principales personas que luchan por sustituir a Andrés Manuel López Obrador, líder del partido y actual presidente de México, es la exgobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien la lidera los sondeos en el partido de izquierdas.
Sheinbaum (Ciudad de México, 1962) no es una figura nueva en la política mexicana. Con un doctorado en Ingeniería Energética y una vasta experiencia en desarrollo sostenible y movilidad urbana, ha dejado huella en diversos ámbitos. Su incursión en la política comenzó como delegada de Tlalpan, una posición que, según su biografía, utilizó como plataforma para implementar políticas innovadoras. Posteriormente, se convirtió en jefa de Gobierno de la Ciudad de México en 2018, marcando un hito como la primera mujer en ocupar ese cargo.
La capitalina no tiene todavía asegurado el puesto como candidata presidencial: lo luchará en la encuesta oficial, como se denomina a las primarias, contra el excanciller Marcelo Ebrard —quien le sigue de cerca en intención de voto—, el senador Ricardo Monreal, el exsecretario de Gobernación Adán Augusto López y el exdiputado nacional Fernández Noroña. Lo que decida el partido se dará a conocer el próximo miércoles 6 de septiembre.
Gálvez y la nueva la derecha
Dentro de la coalición opositora denominada Frente Amplio, formada por el PAN, el PRI y el PRD —y a la que todavía podría unirse Movimiento Ciudadano—, las posibilidades de que una mujer fuese cabeza de lista eran dobles: por un lado se postulaba Xóchitl Gálvez, del Partido de Acción Nacional, y por el otro Beatriz Paredes, del Partido Revolucionario Institucional. Sin embargo, esta semana la dirección del Frente anunció de forma oficial que su candidata presidencial será Gálvez: "Después de todos los acuerdos tomados, hoy sabemos que la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz encabezará la conducción del Frente Amplio por México".
Gálvez (Hidalgo, 1963), ingeniera en computación y experta en robótica, inteligencia artificial, sustentabilidad y ahorro de energía, ha navegado por múltiples partidos políticos a lo largo de su carrera. Comenzó en el Partido Acción Nacional (PAN) siendo alcaldesa de la Delegación Miguel Hidalgo de la Ciudad de México, donde implementó medidas de mejoramiento urbano y participación ciudadana. Posteriormente, se unió al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y luego al Partido de la Revolución Democrática (PRD), ocupando cargos como diputada federal y senadora. Ahora liderará al Frente Amplio, la coalición política fruto de la colaboración entre partidos históricamente opuestos, con la intención de crear una alternativa sólida y unida para desafiar al actual Gobierno.
La carrera hacia la presidencia
Si México elige a una presidenta para el próximo sexenio, se sumaría a una muy selecta lista de sólo once naciones latinoamericanas que han tenido a una mujer al mando. Algunas de ellas han destacado especialmente en la historia de sus países, como Michelle Bachelet en Chile, pionera al asumir la presidencia en dos mandatos no consecutivos (2006-2010 y 2014-2018); Dilma Roussef en Brasil, quien se convirtió en la primera mujer presidenta de la nación en 2011; o Cristina Fernández de Kirchner, elegida en 2007 como presidenta de Argentina. En un contexto similar, Laura Chinchilla asumió la presidencia de Costa Rica en 2010, siendo también la primera mujer en alcanzar ese cargo en su nación. Y hace tan solo unas semanas la candidata Sandra Torres casi conseguía lo mismo en Guatemala, aunque perdería finalmente las elecciones frente a Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla.
No obstante, las expertas sostienen que aún queda mucho camino que recorrer en este sentido. Alejandra Ríos Tobar, politóloga, socióloga y también especialista en estudios de género y representación política de mujeres, mantiene una línea de pensamiento muy clara: "A pesar del aumento sostenido en la presencia de mujeres en diversos ámbitos sociales y políticos a nivel internacional, aún persisten altos índices de subrepresentación femenina en los órganos legislativos en América Latina", afirma. Ríos Tobar fue además ministra de Justicia y Derechos Humanos de Chile durante la pasada legislatura y actualmente ejerce como académica visitante en la Universidad de Oxford.
Mujeres en el Congreso y el Senado
Por segunda vez en la historia de México serán dos mujeres quienes presidan a la vez las dos Cámaras legislativas del país. Ana Lilia Rivera, de Morena, fue elegida presidenta del Senado, desde donde alegó esperar ser "un faro inspirador" para todas las niñas y mujeres del país. En la Cámara de Diputados se le designó la presidencia a Marcela Guerra, del PRI, desde donde dedicó su discurso "a las mujeres valientes, quienes desde distintas trincheras seguimos luchando por la paridad, mi mayor reconocimiento".
En esa línea, Georgina De la Fuente considera que es un momento muy importante para las mujeres en México. La asesora en el Instituto Nacional Electoral, desde donde ha coordinado estudios sobre la participación de mujeres en los partidos políticos, habla también con EL ESPAÑOL. "Las mujeres y las niñas nos tenemos que ver en los cargos públicos. Lo que sigue siendo un pendiente muy importante es la representación sustantiva: lo que vemos hoy en día es que si bien las mujeres ya ocupamos cargos muy importantes en la administración pública, lo cierto es que las mujeres que llegan todavía no ejercen el poder en condiciones de igualdad con los hombres", explica al ser preguntada por un posible cambio en las instituciones.
La violencia política, en el foco
Hace un mes que el INE sancionó al actual presidente del Gobierno mexicano por violencia política de género contra Xóchitl Gálvez. Ya en 2020 México tuvo que aprobar una reforma en materia de violencia política contra las mujeres, lo que ha dado pie a toda una serie de reformas administrativas, reglamentos y desarrollo institucional. En conclusión, ha permitido a las autoridades electorales atender y prevenir la violencia política contra las mujeres por razón de género.
Sin embargo, De la Fuente hace énfasis en los desafíos a los que se enfrentan las candidatas: "Ahora las manifestaciones, quizá las más sutiles y graves, se encuentran en los espacios digitales. Ahí la intimidación y las amenazas a las candidatas siguen estando presentes y eso inhibe su participación. Desde luego que las contiendas electorales y la cobertura informativa de estas siguen plagadas de sexismo y estereotipos de género". Al término de lo que parece que será una campaña convulsa se confirmará si una mujer ocupará la presidencia. Un hecho que, a pesar de los avances en cuestiones de género, marcaría un punto de inflexión en la historia política del México contemporáneo.