Barreras, una centenaria empresa gallega que fue el mayor astillero privado de España
La historia de uno de los referentes industriales de Galicia, que marcó hitos durante más de 100 años
3 julio, 2022 06:00La palabra astillero proviene de astilla, pequeños trozos de madera que se desprenden al trabajarla, ya que la madera era el material del que estaban hechas todas las embarcaciones antes de la llegada del metal a la construcción naval. En la actualidad, los cinco astilleros más grandes del mundo se encuentran en Corea del Sur y el primero de ellos es el Astillero Hyundai, un monstruoso centro de fabricación que ocupa 4km, donde trabajan más de 60.000 personas construyendo barcos que miden el equivalente a cuatro campos de fútbol. En España no sería hasta la Edad Media cuando comenzó la eclosión de los astilleros en el norte peninsular gracias a la abundancia de madera y hierro en la zona. Hasta hace unas semanas, el astillero privado más grande del país, fundado hace ya 130 años, se encontraba en Galicia. Aunque en la actualidad no pasa por su mejor momento, de sus gradas salieron más de 1.600 buques, llegó a tener casi 2.000 trabajadores y fue el abanderado de la construcción naval de todo un país. Esta es la historia de Hijos de J. Barreras, el mayor astillero privado de España.
Barreras tiene su origen en el empresario catalán José Barreras i Casellas, que se trasladó a Galicia a mediados del siglo XIX para expandir sus negocios relacionados con la conserva de la sardina y salazón. Tres años después de su muerte, en 1892, su hijo José Barreras Massó construye en El Arenal, entre las calles Colón y Oporto en Vigo, un taller donde emplea a doce trabajadores.
Ese mismo año, la viuda de José Barreras i Casellas, Esperanza Massó, junto a sus hijos José y Federico constituyen la sociedad “Viuda e Hijos de José Barreras i Casellas”, momento en el que nace el astillero propiamente dicho, donde se construían los cascos y se montaban las máquinas y calderas de vapor importadas desde Inglaterra.
La construcción de pequeños buques sardineros fue evolucionando hacia el conocido como “Vapor tipo Vigo”, uno de sus modelos de éxito, de los cuales llegaron a construir 400 unidades hasta 1918. Estos pesqueros de 12 a 20 metros de eslora, dedicados a la pesca de sardina con arte de cerco, se construían mediante una cadena de montaje que utilizaba tres gradas simultáneamente, lo que permitía que se pudieran fabricar en tan solo 15 días, y que serían usados incluso como dragaminas durante la Primera Guerra Mundial por la Marina de Francia e Inglaterra.
El aumento en los pedidos y contratos provocó que la capacidad de la factoría de El Arenal no fuera suficiente, por lo que en 1919 los talleres y el astillero se trasladaron a unas nuevas instalaciones en Coia, multiplicando por diez su espacio y generando trabajo para 700 personas donde, en 1927 construyeron el primer barco con casco de acero de Vigo, el “Aragón”, primero de varios pesqueros destinados a la pesca en el Gran Sol.
En 1928 se constituía la sociedad actual “Hijos de J. Barreras” y la familia ampliaba sus negocios con participaciones en empresas armadoras, consignatarias, conservas, minas o saltos de agua, además de alcanzar un hito industrial impensable en aquel momento: el inicio de la fabricación de sus propios motores diésel. Durante la Guerra Civil española Barreras fue ocupada y militarizada por el bando sublevado y gran parte de su actividad se destinó a fabricar equipo bélico.
En 1959 un gran incendio causaba graves daños en el astillero, pero consiguieron recuperarse convirtiéndose en la quinta empresa más grande de Galicia, con casi 2.000 trabajadores. El astillero atravesaba uno de sus mejores momentos cuando llegó el mayor contrato de la década de 1960, firmado con Pescanova, para la construcción de los buques “Miño” y “Sil”, los mayores de su clase construidos en Vigo. Para poder cumplir con aquel compromiso fue necesario ampliar las gradas y reformar las instalaciones para que fuera posible construir buques de semejante envergadura.
En la década de 1970 la dirección acepta el encargo de dos grandes plataformas semisumergibles de prospección petrolífera, las primeras construidas en España, para dos empresas de Texas, la Penrod Dilling Co, y la Offshore International. Para poder fabricarlas tuvieron que dedicar todos sus recursos disponibles, abandonando temporalmente la construcción de buques. Pero la devaluación del dólar, divisa con la que los americanos habían pagado los contratos, y el bajo precio al que habían sido negociados, además de la cancelación de otros cinco contratos, llevó a Barreras a la quiebra, por lo que fue nacionalizada en 1976, pasando a pertenecer al INI, Instituto Nacional de Industria, actual SEPI.
Tras recuperarse del golpe logran uno de los mayores éxitos de su historia con la fabricación, en 1990, del mayor buque de pesca de atún del mundo, el “Albacora”.
A finales del siglo XX y principios del XXI Barreras fabricaba grandes buques con alto valor tecnológico para Francia, Grecia, Noruega o Reino Unido, además es privatizado y vendido por unos 4,5 millones de euros, convirtiéndose en una de las primeras compañías públicas que liquidaba el Estado y en el mayor astillero privado del país. Barreras era una industria puntera y recibía pedidos y encargos desde todas partes del mundo por el prestigio y renombre que se había labrado durante más de cien años
En 2009 se botaba el ferry Abel Matutes, encargado por Balearia, el mayor buque jamás construido en la historia naval de Vigo, pero la deficiente gestión del astillero provocó que tuvieran que presentar un concurso de acreedores, tras el cual entra a formar parte del accionariado la petrolera Pemex de México. Lamentablemente las previsiones de inversiones fueron paralizadas por la bajada de los precios del petróleo, aunque los pedidos seguían llegando.
En 2017 Barreras firma un contrato con la división de cruceros de lujo de la cadena hotelera Ritz-Carlton para construir el crucero de lujo “Evrima”, valorado en unos 250 millones euros, pero los sobrecostes y retrasos dejaron de nuevo en una grave situación económica al astillero. Para evitar un nuevo concurso y la quiebra, Ritz-Carlton compra Barreras y asume los sobrecostes, pero no consiguen solucionar la situación, por lo que decidieron terminar el crucero inacabado en otro astillero.
Finalmente, en mayo de 2022, Hijos de J. Barreras era adquirida por Astilleros Armón en una operación que esperamos que ayude a devolver el brillo y esplendor al que fue el mayor astillero privado de España que, a lo largo de sus 130 años de historia, ha construido más de 1.600 buques en sus gradas y que formará parte para siempre de la historia del mar, de Galicia y de su gente.
Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.
Referencias:
- es.wikipedia.org
- hjbarreras.es
- lavozdegalicia.es
- tourinews.es
- farodevigo.es
- vigoempresa.com
- vigoe.es
- dbe.rah.es
- elpais.com
- atlantico.net
- vigocasisecreto.com