Almadén (Ciudad Real).
El pueblo con la vivienda más barata de Ciudad Real: casas por 10.000 euros en un enclave único
El precio del metro cuadrado en este municipio, que tiene cerca de 5.000 habitantes, ronda los 330 euros.
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Ciudad Real presume de ser, además de uno de los lugares con mayor atractivo turístico, una de las pocas provincias donde todavía es posible encontrar viviendas a buen precio. A lo largo y ancho del territorio hay numerosos municipios donde adquirir un inmueble está al alcance de casi todos los bolsillos.
Es el caso de Almadén, el pueblo más barato de la provincia para vivir. En esta localidad, de unos 5.000 habitantes, se ofertan casas en buen estado a precios muy económicos, siendo una muy buena opción para aquellos que quieren estar relativamente cerca de la capital.
Según los datos más recientes del portal inmobiliario Idealista, correspondientes a enero de 2025, el precio medio de la vivienda en la provincia de Ciudad Real se sitúa en 733 euros/m2, con una variación anual del -1,8 %.
Por municipios, los más económicos son, además de Almadén (329 euros/m2), Malagón (383 euros/m2), Porzuna (398 euros/m2), Pedro Muñoz (410 euros/m2) y Villanueva de los Infantes (433 euros/m2).
En el caso de Almadén, es posible encontrar viviendas de 100 m2 por 10.000 euros.
Sobre Almadén
Almadén, localidad ligada a la minería desde tiempos remotos, se encuentra en el Valle de Alcudia.
Los romanos abrieron esta tierra para exprimirla del preciado metal codiciado en el imperio como tinte, cosmético o ungüento. Desde aquellos tiempos y a pesar de los devaneos de la explotación o la demanda, Almadén ha producido la tercera parte del mercurio consumido por la humanidad.
Alrededor de esta intensa actividad se ha desarrollado durante siglos la vida del municipio.
El Parque Minero de Almadén ofrece un viaje al interior de una de las minas más antiguas del mundo, que se completa con los museos, centros de interpretación e interesantes muestras de arqueología industrial.
Además, la opulencia a lo largo de la historia permitió la construcción de edificios religiosos y civiles de gran importancia e interés, entre los que destacan la Plaza de Toros, el Castillo de Retamar, la iglesia de San Sebastián, la ermita de Fátima o la iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Estrella.
