
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este jueves a su llegada a Bruselas. Reuters
El día más negro para Sánchez en el Congreso: le abandonan a la vez Sumar y Junts y pierde votaciones clave
Mientras el presidente del Gobierno negocia en Bruselas el rearme de la UE, en el Congreso se constata que carece de apoyo político para seguir adelante.
Más información: El Gobierno se parte: Sumar vota que España salga de la OTAN y contra el gasto militar que defiende Sánchez en la UE
Pedro Sánchez ha vivido este jueves el día más negro de esta legislatura en el Parlamento. No por la importancia de las votaciones perdidas, pero sí por la acumulación y porque las derrotas vinieron desde sus socios de la izquierda (Sumar, ERC, BNG, Bildu y Podemos) y los de la derecha (Junts y PNV).
Mientras el presidente del Gobierno negociaba en Bruselas las condiciones del aumento del gasto militar, sus socios de Gobierno de coalición y del Parlamento han mostrado que no le apoyan. Hasta su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha votado a favor de salir de OTAN.
Por si había alguna duda, el PSOE ha constatado su debilidad parlamentaria y sus dificultades para sacar adelante las iniciativas. Porque, además, tampoco puede obtener garantías de que sus socios vayan a apoyarle y no cambien en el último momento. Un sinvivir en cada Pleno.
Por ejemplo, Junts ha unido sus votos a PP y Vox para tumbar el proyecto de Ley para crear la Agencia Estatal de Salud Pública (AESAP) que defendía la ministra de Sanidad, Mónica García.
Moncloa y los socialistas no esperaban tal derrota, porque la iniciativa parte de una propuesta de la exministra y ex diputada Ana Pastor incluida en las conclusiones de la comisión parlamentaria sobre el covid y porque en comisión de Sanidad sólo Vox se opuso a la norma.
Era un asunto pacífico en el Parlamento sobre el que ningún partido, salvo Vox, había manifestado objeciones y, finalmente, se ha convertido en pista de aterrizaje del interés de PP y Junts por castigar al Gobierno.
PP y Junts cambiaron a última hora su voto sobre esta ley en protesta a la imposición de un veto del Gobierno a enmiendas a otra ley que se aprobaron en el Senado, por ejemplo, rebajaban el IVA de alimentos. Ese veto, extemporáneo según el PP y Junts, evitó que la derrota del PSOE fuera aún mayor.
Fuentes del Gobierno no ocultaban su malestar contra el partido de Carles Puigdemont y, resignados aseguraban que tendrán que volver a enviar el proyecto de ley al Congreso y arrancar una nueva negociación con Junts.
Ese malestar no les lleva a criticar públicamente a Junts, al menos desde las filas del PSOE. Cargan contra el PP en público por entender que no dejó pasar la oportunidad de desgastar al Gobierno. Pero en privado admiten que Junts no será nunca un socio de fiar.
Además, la izquierda que ha apoyado siempre a Pedro Sánchez -incluida Sumar, con quien comparte coalición en el Gobierno- se ha distanciado de la posición del PSOE sobre el aumento del gasto militar en sendas proposiciones no de ley.
Revés político
Estas votaciones no tienen efecto práctico, pero sí político porque muestran que mientras el presidente del Gobierno está negociando en Bruselas sobre el rearme de Europa, en el Congreso se constata que carece de apoyo político para seguir adelante.
Por eso, Sánchez ha decidido no someter a votación las decisiones vinculadas a ese aumento de gasto militar. Negocia sin tener detrás respaldo político.
La formación de Yolanda Díaz ha votado a favor de que España salga de la OTAN y en contra de incrementar el gasto en Defensa, tanto en España como en el conjunto de la Unión Europea.
El PSOE, en cambio, ha votado justo lo contrario: permanencia y aumentar el gasto militar, en línea con lo que está defendiendo Pedro Sánchez.
En contra de la posición del Gobierno han votado también los otros partidos de la izquierda, es decir, ERC, Bildu, BNG y Podemos.
Y como remate, la derecha ha incluido enmiendas a la ley de desperdicio alimentario en contra del criterio del PSOE para, por ejemplo, rebajar la protección del lobo. Gracias a los votos del PP, Vox, Junts y el PNV, lo que implica que se podrá volver a cazarlo al norte del río Duero.
Tambièn consiguieron meter otras enmiendas a esa ley como la que cambia la última reforma laboral para elevar de 80 a 120 meses el plazo de los contratos a temporeros del cambio.
El problema, según explican fuentes de la Moncloa, es que el festival seguirá en asuntos como la ley orgánica de delegación de la competencia de inmigración a Cataluña, la de Justicia sobre la acusación popular o la de reducción de la jornada laboral, entre otras. En todas ellas tiene que negociar concesiones a Junts y confiar en que no haya sobresaltos.
Y queda la pugna entre Montero y Díaz sobre la tributación del Salario Mínimo, con una proposición de ley de Sumar vetada por Moncloa y pendiente de un acuerdo del partido minoritario del Gobierno de coalición con el PP para levantar ese veto e intentar derrotar a los socialistas.
Pero Sánchez cree posible seguir adelante en la legislatura con o sin concurso del Parlamento, tal y como él mismo explicó en el Comité Federal del PSOE de septiembre.