El restaurante escondido en un hotel con vistas a la Gran Vía: entrada libre, cena a oscuras y un menú 5 sentidos
Hielo y Carbón ha creado un plato por cada sentido y un aperitivo que invita a explorar sabores inesperados.
Llega a la Gran Vía madrileña un concepto vanguardista que despierta tus cinco sentidos a través del paladar. En la primera planta del hotel cinco estrellas Hyatt Centric Gran Vía Madrid se encuentra el restaurante Hielo y Carbón, que lanza un menú que redefine la experiencia gastronómica, desafiando las expectativas al fusionar ingredientes y técnicas de manera armoniosa en el corazón de la ciudad.
Nadie pregunta ni controla la entrada, por lo que no te sentirás intimidado si no eres cliente del lujoso hotel. Una vez en Hielo y Carbón, donde la primera mirada es inevitable que la dirijas a sus grandes ventanales con vistas a la transitada Gran Vía, el servicio te recibe en una acogedora atmósfera. Una vez dentro, toca agudizar los sentidos.
El restaurante apuesta por este nuevo concepto que se convierte en toda una experiencia para activarte a nivel sensorial. "En cocina hemos hilado todos los sentidos. Hay platos más visuales, otros que potencian más el sabor, el aroma...", detalla el cocinero Iván Jiménez, creador del novedoso menú junto con el resto del equipo de cocina. Por 65 euros (más 25, si lo quieres acompañar con el maridaje) puedes disfrutar del menú cinco sentidos.
Cada plato refleja una selección cuidadosa de ingredientes combinados de forma innovadora para resaltar sabores y texturas contrastantes. De los aperitivos, que anticipan la experiencia que será la propuesta, destaca el nigiri crujiente de pez mantequilla, huevas ahumadas y brotes (tacto).
Aunque es una propuesta original y diferente, todo empieza con un clásico en la mesa, una rebanada caliente de un crujiente pan de hogaza acompañado de mantequilla de cebollino para untar.
Los platos de temporada son simplemente exquisitos al potenciar el sabor del presente invierno. Ahora ofrecen la alcachofa frita, yema de huevo curada, setas de temporada y espuma de parmesano de 20 meses (olfato).
La cena continúa con los principales, que son una completa fusión entre cocinas de diferentes países. Desde el pulpo marinado al josper que ofrece una mezcla intrigante con la crema de maíz, aguacate, mini mazorcas, cilantro y mole negro (vista), hasta el jarrete de cordero glaseado que logra el equilibrio perfecto entre lo dulce y lo salado, por combinarlo con couscous de almendras y demi glase de miel y anís estrellado (gusto).
Además, es imperativo dejar hueco para el toque dulce de la noche, un delicioso postre con frutos rojos, semifrío de yogurt griego, chocolate blanco y nube dulce de algodón (oído), que culmina con el 'volcano', prometiendo una explosión de sabores y texturas.
A oscuras
Por otro lado, está el aperitivo 'A oscuras… déjate sorprender' en la carta, que invita a explorar sabores inesperados antes de empezar con el menú. "Los platos cambian para que la gente pueda repetir y retarse a adivinar", informa el chef Iván Jiménez. Por ejemplo, uno de los platos destacados son las verduras con romesco de tomate a la parrilla.
Cada plato es una invitación a explorar notas gustativas diferentes desde la mejor ubicación de la ciudad y ante unas vistas inmejorables de la principal arteria de la capital.