El psicólogo Rafael Santandreu.

El psicólogo Rafael Santandreu.

Salud y Bienestar

Rafael Santandreu, psicólogo, alerta sobre la diferencia entre ansiedad y ataque de pánico: "No se pueden tratar igual"

Conocer estas diferencias es el primer paso para tratar este tipo de trastorno de forma efectiva, hasta que puedas acudir a un profesional. 

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La salud mental, por suerte, se está tratando con la importancia que lleva años mereciendo. Tal y como publica la Confederación de Salud Mental de España, el 6,7% de la población tiene ansiedad, coincidiendo en cifra con la cantidad de españoles que sufren depresión. Más curioso resulta aún que ambas enfermedades estén encabezadas por mujeres (un 9,2%) frente a los hombres (un 4%).

Sin embargo, es importante saber diferenciar entre ansiedad y ataques de pánico, dos términos que muchas veces se utilizan de forma intercambiable, pero en realidad son condiciones psicológicas muy diferentes y, por tanto, merecen ser tratadas de diferente manera. 

El psicólogo español Rafael Santandreu ha dedicado gran parte de su carrera a ayudar a las personas a entender y superar estas experiencias angustiosas, y ofrece un análisis detallado sobre las diferencias clave entre un ataque de ansiedad y un ataque de pánico. Conocerlas puede ser crucial para recibir el tratamiento adecuado y tomar control de tu bienestar emocional.

¿Qué es la ansiedad generalizada?

La ansiedad generalizada es un trastorno caracterizado por una preocupación persistente y excesiva sobre diferentes aspectos de la vida. Puede ser provocada por factores como el trabajo, las relaciones familiares, problemas económicos o la inseguridad personal.

Según Santandreu, esta ansiedad no aparece de forma repentina, sino que se instala gradualmente, afectando a la persona de manera continua. En muchas ocasiones, la ansiedad generalizada se mantiene durante horas, días e incluso meses, con un nivel de malestar moderado pero constante. Sus síntomas incluyen:

  • Inquietud constante.
  • Fatiga generalizada.
  • Fatiga generalizada.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Irritabilidad sin motivo aparente.
  • Tensión muscular.
  • Problemas de sueño, como insomnio.

En estos casos, la clave es ralentizar el ritmo de vida. Según Santandreu, la raíz del problema está en la hiperactividad mental constante. Este ritmo acelerado crea una sensación de peligro constante, aunque no haya una amenaza real e inmediata.

Para tratar la ansiedad generalizada, el psicólogo recomienda revisar las creencias limitantes que alimentan este ciclo negativo y transformar el diálogo interno de la persona. Cambiar nuestra forma de pensar es un paso esencial para superar esta condición.

¿Qué es un ataque de pánico?

Por otro lado, un ataque de pánico es una experiencia completamente diferente. Mientras que la ansiedad generalizada es un estado prolongado de preocupación, el ataque de pánico es una crisis intensa y repentina que puede ocurrir sin previo aviso.

Este ataque se caracteriza por una serie de síntomas físicos muy intensos, como taquicardia, dificultad para respirar, mareos, sudoración y una sensación abrumadora de miedo a morir o perder el control. Los síntomas de un ataque de pánico incluyen:

  • Miedo intenso y repentino.
  • Taquicardia y palpitaciones.
  • Dificultad para respirar.
  • Mareo o sensación de desmayo.
  • Sudoración excesiva.
  • Dolor en el pecho.
  • Sensación de perder el control o morir.

Un ataque de pánico alcanza su punto máximo en solo unos minutos (generalmente entre 10 y 30 minutos) y, a menudo, aparece sin ningún tipo de advertencia o causa identificable.

A diferencia de la ansiedad generalizada, no se puede relacionar directamente con una situación o preocupación específica, lo que hace que la experiencia sea aún más aterradora para quien lo sufre.

Diferencias claves entre ansiedad generalizada y ataque de pánico

La principal diferencia radica en la intensidad y duración de los síntomas. Por un lado, la ansiedad generalizada es una preocupación persistente y moderada que afecta a la persona a lo largo del tiempo.

El ataque de pánico, por el contrario, es una crisis repentina de ansiedad extrema que puede durar solo unos minutos, pero genera un malestar físico y psicológico tan intenso que puede ser confundido con un problema médico grave, como un ataque al corazón.

En términos de la causa, un ataque de ansiedad generalmente se puede identificar con situaciones concretas que generan estrés, como un examen importante o un conflicto personal. Por el contrario, los ataques de pánico no tienen una causa identificable, lo que hace que la persona se sienta aún más perdida e impotente ante la situación.

Cómo abordar un ataque de ansiedad

Para la ansiedad generalizada, la terapia cognitivo-conductual (TCC) es uno de los tratamientos más eficaces. Esta terapia ayuda a la persona a identificar sus pensamientos irracionales y a cambiarlos por pensamientos más equilibrados. También se trabaja en la gestión del estrés y en la implementación de técnicas de relajación.

El psicólogo Rafael Santandreu subraya la importancia de ralentizar la vida para romper el ciclo de ansiedad constante. Se recomienda practicar mindfulness, meditación o actividades relajantes que permitan desconectar de las preocupaciones diarias. Además, es fundamental poner límites a las creencias limitantes que alimentan la ansiedad, cambiando el enfoque hacia una visión más realista y positiva.

Cómo abordar un ataque de pánico

En el caso de los ataques de pánico, el tratamiento puede ser un poco diferente. Santandreu recomienda aceptar la experiencia del pánico en lugar de luchar contra ella.

Aceptar el miedo y las sensaciones físicas intensas puede reducir su poder. Aunque el ataque de pánico suele ser breve, los efectos emocionales pueden durar más tiempo, por lo que es esencial que la persona se enfrente al miedo de manera gradual, sin intentar evitarlo.

La terapia cognitivo-conductual también es una opción eficaz para tratar los ataques de pánico, ya que ayuda a la persona a cambiar la forma en que interpreta las sensaciones físicas del pánico y a aprender a gestionarlas de manera saludable.

Recuerda que, aunque los ataques de ansiedad y los ataques de pánico comparten ciertos síntomas, son dos trastornos completamente diferentes en cuanto a causas, intensidad y duración. La ansiedad generalizada es una preocupación persistente y moderada sobre diversas situaciones de la vida, mientras que los ataques de pánico son crisis repentinas y extremas que pueden surgir sin razón aparente.